Mérida, Octubre Lunes 14, 2024, 01:11 am
RUBEN
DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Una
imagen vale más que mil palabras. Es así como este lunes en horas de la tarde,
en el ruedo del reciente protagonista Coliseo El Llano de Tovar, contando como
maestros al matador de toros Rafael Orellana, y al banderillero Henry Belandria
“Piedrita”, inicio el curso por el periodo 2023-2024 la Academia Taurina “Rafael
Orellana”, la misma que se mantiene con la afición y entrega de numerosos aficionados
locales, quienes ven en sus hijos la forma de mantener el legado cultural de
una tradición de este pueblo como es la fiesta brava.
En
tal sentido, siete niños, de las cuales cuatro son niñas, son los que han abierto
actividades de técnica, teoría y nociones básicas del toreo, propias para quienes
son el semillero futuro de esta apasionante arte de la Tauromaquia. No se da
por descartado que así mismo otros niños en edades comprendidas entre los 8 y 16
años, ingresen para de esta forma irse adiestrando en todo lo que abarca el toreo,
no solo en la plaza, sino igualmente en el campo, con un importante aporte teórico
de lo que implica un arte que entendiéndole desde adentro engancha al que en
verdad lleva por sus venas su afición.
La
Academia Taurina “Rafael Orellana” tiene sus orígenes en aquella humilde
escuela taurina que el matador en retiro Nerio Ramírez “El Tovareño” habilitó a
comienzos de los ’90 en la recordada placita de toros Vista Alegre, ubicada en
el sector del mismo nombre, de donde comenzaron sus primeros pasos personajes
como el matador de toros Currito Ramirez, el propio “Piedrita” e incluso Keiber
García, por mencionar muchos alumnos que con disciplina, tenacidad y valor, se
han probado ante las astas de los numerosos tentaderos que han tenido a lo
largo de todos estos años.
Es
el propio don Nerio Ramirez, quien nos confirma que la escuela taurina tomaría
forma cuando el Coliseo ya levantado, en obra gris, en septiembre de 1992 se mudaría
a dicho recinto, no sin antes algunas pegas de obtusos que lejos de aportar lo
que hacían eran estorbar el deseo y afición de una camada de jóvenes que veían en
el traje de luces su mayor ilusión.
Es
hasta los momentos la Academia Taurina “Rafael Orellana” una de las más activas
del país junto con las escuelas taurinas de San Cristóbal (contando como
maestro al destacado subalterno Gersón Guerrero) y la de Mérida (en labores de
maestro Manolito López, y los banderilleros en retiro Mauro Pereira y Enrique
Torres).
A
pesar de tanto hostigamiento por parte de la Fiscalía General de Venezuela,
aupado financieramente por grupos animalistas anglosajones, la llama del toreo,
por encima de todas estas circunstancias no muere, un legado que mientras siga
existiendo afición, jamás morirá…