Mérida, Septiembre Martes 17, 2024, 01:55 am
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
MÉRIDA (Enviado Especial).- Nadie se podía imaginar la gran decepción que supondría la tarde de este lunes la lidia de los toros trujillanos de San Antonio. Era el cartel estrella de la feria, y vaya que nos hemos estrellado ante el descastado juego de los pupilos del joven ganadero Edgar Varela. Uno a uno fueron saliendo los variopintos bureles, correctos de presentación, pero ayunos de ese elemento tan importante que es casta, bravura, y entrega en los engaños. Al final, los toreros han estado por encima de ellos, algunos exigiendo el carnet de rodaje como fue el 4º, que cupo en suerte a un Orellana que no logró entender sus posibilidades como también opciones de lucirle a plenitud. En pocas palabras, petardo ganadero.
El espigado Rafael Orellana cortaría la oreja del que abrió plaza, faena de intermitencia, en especial por el pitón derecho, donde el veterano espada tovareño sacó partido, mostrando firmeza y entrega, a pesar del limitado recorrido del animal, así como el molesto punteo de engaño al final del muletazo. Por naturales, solo una tanda a resaltar se le endilgaría, que justificaría en parte el que tras pinchazo y estocada entera atravesada, se le premiaría con una generosa oreja.
Dubitativo, falto de ideas y atropellado por momentos se le vería con el precioso jabonero que cupo en su haber, animal que en el certero puyazo que recibiría, luego en la muleta se tornaría áspero, incluso desarrollando peligro, tras la errónea colocación que la mayoría de las veces hizo gala el espada en mención, lo que hizo que el serio ejemplarle pidiera sitio, colocación y temple a grandes dosis. El saludo a porta gayola sería lo más resaltante de un trasteo que se difumaría en el interés de los presentes, igualmente tras el sainete con el acero, necesitando hasta cinco viajes, para ser silenciado tras aviso.
En el que cerró plaza, de nuevo la voluntad y las ganas de lucirse Orellana marcarían la tónica de un trasteo denso, de muchos enganchones ante igualmente el corto recorrido de un toro que limitaría embestidas a la tercera tanda de muletazos que se prodigó. Tras estocada perpendicular y delanterita, despacharía genero bovino poco apto a las condiciones de un torero como Orellana, el cual nos deja en el debe detalles que pensábamos superados tras su periplo por ruedos ibéricos el año pasado, así como sus actuaciones recientes en Tovar y San Cristóbal.
La ovación con la que recibieron
a Roca Rey en su debut en esta plaza fue la muestra de cariño fidedigna de una
afición tan generosa como la emeritense. Pero las cañas se tornaron en lanzas,
tras el pobre juego con las que tuvo que pechar ante sus dos astados titulares.
En su primero, los muletazos por alto cerrado en tablas, serian lo poco de
lucimiento que se le pudiera destacar al espigado espada peruano. Ante lo
escaso de opciones en su embestida mansurrona y aquerenciada, decidiría
abreviar, de bajonazo para ser silenciado. Pero la paciencia e impotencia de
los presentes se tornaría en bronca tras igualmente pechar con similares
opciones ante el quinto de la larga función, trasteo en la que intentó robarle
pases al astado, pero ni eso, pues estéril de bravura luciría por el ruedo un
astado que buscaría las tabla como refugio. Los tres cuartos de ración toricida
no salvarían que la impotencia reprimida se escuchara como una muestra de la inconformidad
de los presentes por las ilusiones de ver al torero novedad del momento estrellarse
ante un lote sin opciones, ni siquiera para el hoy por hoy, príncipe del toreo
en el planeta taurino.
No quedaría otra a Roca Rey que solicitar un toro de regalo como lo fue el escurrido sobrero de Los Aránguez que se rebuscaron en corrales, animal feo de hechuras, altote, al que dispuso una montaña de entrega y decisión para lucirle, ejemplar no fácil, pues siempre le media entre pase y pase, así como exigirle colocación y toques precisos para no hacer rebotar de los engaños una embestida irregular que en otras manos y condiciones no hubiese lucido como lo hizo ante Roca Rey, aguantándole en el embroque ese sitio que ostenta un privilegiado de estas lides. El espadazo ligeramente desprendido hizo que doblara el toro, se le pidiera con criterio la oreja que bien pudo entregársele, pero que en los ojos de nuestro miope palco presidencial ni siquiera se enteraron del mérito que supuso un trasteo y esfuerzo ingrato ante el criterio de supuestos entendidos…
La actuación de Jesús Enrique Colombo por su parte contaría con la venia y complacencia del público en general y no menos de la presidencia del festejo, solo así podemos entender el indulto que se inventarían ante el que cerró su lote, ejemplar que embestiría con la cabeza por las nubes, que contaría con los “efectos especiales” y veteranía de un torero que hay que reconocer, ha estado mucho mejor que en otras tardes, toreando más asentado y en especial siempre a favor de la embestida de un toro que hizo lucir mejor de lo que en realidad fue, y que dudamos sirva de raceador en los potreros de Yaracal. Las dos orejas recibidas fueron recibidas con el júbilo de un torero pleno de entrega a un público incondicional a las formas y maneras.
Las dos orejas serian el epilogo a una labor que tendría prologo en su primero del lote, al que cortaría una oreja, tras un trasteo con momentos de gran mérito, sobre todo en banderillas y en la muleta por la mano izquierda, donde le vimos par de series donde tal vez apreciamos la mejor versión del Jesús Enrique Colombo del periplo ferial merideño. La estocada perpendicular, trasera, serviría para que se le premiara con una oreja justificada por la fuerte petición del soberano.
Culminaba así una edición ferial con la salida en hombros de Colombo y el empresario José Luis Rodríguez Jáuregui, este ultimo la cabeza visible del éxito artístico y posiblemente económico de una feria que a pesar de todas las vicisitudes deja en el tintero muchas cosas positivas, entre ellas una actuación que será recordada por largo tiempo, como la que tuvimos lugar de ver en las manos de un torero que va camino a figura como es Francisco de Manuel y un gran toro, como lo fue «Caramelo», lo demás ya es historia…
FICHA
DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental
de “Román Eduardo Sandia”.
Lunes 20 de febrero de 2023
IV corrida de la Feria del
Sol.
Con poco más de tres
cuartos de aforo (aproximadamente 12 mil personas), en tarde soleada, calurosa y
por momentos ventosa, se han lidiado siete toros de SAN ANTONIO (Edgar Varela), correctos de presentación, variopintos
de pelaje, pero en su conjunto descastados, a menos en el último tercio,
contando con un noblote ejemplar, lidiado en 6º lugar, el más potable,
excesivamente premiado con un indulto injustificado, de nombre «Don Otto» N° 29
de 513 kilos, parte de la “tómbola” presidencial que ostenta el ruedo emeritense.
Se lidiaron dos toros de regalo, uno de LOS
ARÁNGUEZ (7º), mansurrón y otro del hierro titular, que no desentonó del envío.
Pesos: 457, 462, 449, 456,
502, 513, 455 y 476 kilos.
RAFAEL ORELLANA (Azul marino y oro) Oreja, silencio tras aviso y silencio en el de
regalo.
ANDRÉS ROCA REY (Azul marino y oro con cabos blancos) Silencio, pitos y palmas en el
de regalo, tras petición.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Sangre de toro y oro con cabos blancos) Oreja y dos
orejas simbólicas tras indulto.
INCIDENCIAS: Bien en la brega Gerson Guerrero y Mauro David Pereira, en las
banderillas José Antequera y Ramón Contreras y en varas, el medido y certero
puyazo de Segundo Salgado. *** En el intermedio del festejo se entregaría
reconocimiento en el ruedo al matador de toros tachirense Manolo Vanegas, por
ser principal promotor del Certamen de Escuelas Taurinas que viene llevando a
cabo en plazas y ganaderías nacionales, en el curso de las últimas semanas.