Mérida, Febrero Viernes 14, 2025, 05:01 am
ZABALA DE LA SERNA
Diario EL MUNDO de Madrid
Es increíble el extraordinario balance que arroja esta feria: todos los días de corrida se ha agotado el papel -¡también por la mañana!- y, según la Casa de Misericordia, sólo en esta última jornada de Miura no se produjo el formidable hecho con el campeonísimo de Wimbledon Carlitos Alcaraz y la final España-Inglaterra jugando a la contra. Pamplona es el muro de contención en el Norte para la tauromaquia, 40.000 personas diarias así lo certifican con 8 carteles de «no hay billetes» -matinales y vespertinos- verdaderamente asombrosos. Histórica afluencia.
Unas pancartas entre las peñas ensuciaba el formidable ambiente de un lleno más: «Puta Selección» y «Puta España». Una agitación de ikurriñas las envolvían. Desde la sombra se pitó con fuerza a los indeseables abertzales.
Un miura alto y largo como un caballo de 640 kilos -sólo uno bajó de los 600- protagonizó una imagen insólita cuando se asomó por encima del burladero con su gigantesca alzada y su infinito cuello para sorpresa y susto del banderillero de Miguel Murillo. Luego no se comió a nadie, tan desrazado. Antonio Ferrera le planteó una faena de uno en uno para que el medio viaje de su bueyuna embestida (sic) pudiera ser casi entero. De eso fue la deslucida vaina. No ofreció ninguna opción más un cárdeno muy largo de escaso perfil. A.F. navegó con su feísimo capote verde esperanza sin encontrar ninguna en la muleta. Un par de pases de castigo destellaron, pero aquella bestia arrollaba alocada y sordamente venenosa, sin noticias de la bravura.
Manuel Escribano maldijo su suerte cuando el cárdeno miureño se partió un pitón contra un burladero después de haberse pasado el quinario de irse a porta gayola. El único sobrero de toda la feria fue un cinqueño durísimo de Cebada Gago, muy hondo, que vino a apuntillar definitivamente la imagen de su hierro en Pamplona con su declarada mansedumbre. Se agrió por momentos con cada vez más peligro, un predador por alto. Escribano, que había compartido banderillas y juegos con Colombo, faenó con solvencia y lo mató con temible compromiso.
Escribano marchó a porta gayola de nuevo con un quinto que hizo caso omiso; dos largas cambiadas en el tercio fueron la solución. Curiosamente el toro de menos peso -555 kilos-, de los de la nueva línea de hechuras de la casa -más bajas y aerodinámicas-, carecía de fuerza. Una bondad sin poder ni motor. Cuajó un tercio de banderillas en solitario -antiguamente se compartían los segundos toros, no los de inicio- y movió aquel ser inane sin humillación. Lo despidió por manoletinas y un espadazo, y le entregaron un trofeo de trémulo argumentario.
Desarrolló guasa y listeza el enorme tercero, definitivamente infumable por el pitón izquierdo. De lidia decimonónica. J.E. Colombo y Escribano ofrecieron un tercio con los palos escasamente certero. Después el venezolano trasteó sobre las turbinas de sus piernas -ni lidia antigua ni toreo moderno-, y lo cazó con un contundente espadazo bajo. La concesión de la oreja superó lo surrealista. El redondo último toro de la feria puso en apuros a Jesús Enrique Colombo con las banderillas. Embestía fuerte, pronto y por el palillo de la muleta el miura. Perdido el ímpetu inicial -pasaba por el derecho-, se rajó. La firmeza de Colombo y la determinación con la espada le dio no una, sino dos orejas siguiendo la línea de caño abierto.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de MIURA, todos cuatreños; seriamente presentados, muy grandes; de diferentes complicaciones, desrazados, malos; bondadoso sin fuerza ni motor el 5º; y un sobrero de Cebada Gago (2º bis), cinqueño, manso y durísimo.
ANTONIO FERRERA, de buganvilla y oro. Estocada
atravesada que escupe y dos descabellos (silencio); estocada habilidosa
(silencio).
MANUEL ESCRIBANO, de grana y oro. Estocada
y tres descabellos (silencio); estocada (oreja).
JESÚS ENRIQUE, COLOMBO, de azul marino y oro. Espadazo bajo (oreja); espadazo (dos orejas). Salió a hombros.
MONUMENTAL DE PAMPLONA. Domingo, 14 de julio de 2024. Última de feria. Lleno.
PREMIACIÓN │ «Campanilla», de Toros de Cortés, y Fuente Ymbro, premios al mejor toro y a la corrida más completa de los Sanfermines
El jurado de la Casa de Misericordia de Pamplona votó y concedió este domingo sus habituales premios taurinos Carriquiri y Feria del Toro, que distinguieron, respectivamente, a las Victoriano del Río-Toros de Cortés por el mejor toro -Campanilla, lidiado y desorejado por Emilio de Justo el martes 9 de julio- y a Fuente Ymbro por la corrida más completa de los Sanfermines -lidiada el miércoles 10 de julio por Miguel Ángel Perera, Roca Rey y Tomás Rufo, con un cómputo total de seis orejas en tarde de entusiasmo desbocado y la salida a hombros de los dos últimos matadores).
La anécdota saltó con el toro «Campanilla», pues, aunque anunciado como del Río Victoriano del Río -también se recogía así en el acta oficial de la Policía Foral-, en realidad llevaba en su piel el hierro de Toros de Cortés, el segundo de la ganadería que pasta en Guadalix de la Sierra. Aclarada esta situación, y recogida en acta, se subrayó el trapío de la corrida premiada de Ricardo Gallardo, quien en Pamplona siempre ha tenido su feudo.
El
presidente de la Comisión Taurina de la Casa de Misericordia, José María Marco,
destacó la extraordinaria afluencia de público con ocho carteles de «no hay
billetes» colgados de manera consecutiva entre el 6 y el 13 de julio -sólo este
domingo no se puso-, pero no sólo: todas las mañanas de encierro del 7 al 14 de
julio, la Monumental pamplonesa ha vendido todo el papel. «Ha sido la mejor
Feria del Toro en asistencia de público desde hace 10 ó 15 años», aseguró
Marco, puntualizado por algunos miembros del jurado que aseguraban que igual
superaba todos los Sanfermines de la historia.