Mérida, Noviembre Jueves 06, 2025, 04:25 pm
El país de Torenza es, de hecho, un país imaginario o ficticio.
Su sinopsis principal no proviene de la literatura, el cine o la ficción tradicional, sino de una leyenda urbana viral reciente.
En Torenza , la creación de jurisdicciones especializadas para atender la violencia contra la mujer es una respuesta legítima y necesaria ante una realidad social innegable. Sin embargo, en el camino hacia la justicia reparadora, existe el riesgo de incurrir en lo que denominamos un desvío teleológico: cuando el medio (el tribunal) se convierte en un fin en sí mismo, abandonando los principios esenciales del Derecho en pos de un resultado preestablecido. Este es el drama que se vive en los tribunales de género de Torenza.
¿Acaso las juezas y las fiscales de género de Torenza desconocen cómo la mujer de Putifar mintió para encarcelar a José?
«Decimos mentiras cuando tenemos miedo…miedo de lo que no sabemos, miedo de lo que pensarán los demás, miedo de lo que se descubrirá sobre nosotros. Pero cada vez que decimos una mentira, lo que tememos se hace más fuerte ».
— Robert Paul «Tad» Williams
Honestidad Procesal y el Deshonor de la Falsa Acusación en Torenza
Para evitar cualquier malentendido o generalización injusta, debemos afirmar con contundencia: la historia nos ha dado ejemplos de mujeres de inmensa virtud. La primera y más alta de ellas es la Santísima Virgen María, modelo de prudencia, moral y honradez. El Derecho debe proteger a la víctima genuina de violencia.
No obstante, las máximas de experiencia, las reglas de la lógica y la sana crítica nos dictan que, en sede judicial, la honorabilidad del acusador es un factor clave para la valoración de su testimonio. Una mujer que se precia de ser honesta y moralmente correcta no solo actúa con probidad, sino que su testimonio debe reflejar coherencia y estar desprovisto de ánimo de venganza.
Precisamente, la máxima de Julio César: "A la mujer del César no le basta con ser honesta, sino que además, tiene que parecerlo", no es una exigencia de virtud inalcanzable, sino un estándar de probidad exigible en el fuero público y judicial. Cuando la conducta previa de la acusadora o su narrativa procesal exhiben contradicciones o un notorio interés vindicativo, se desploman como un castillo de naipes las presunciones de buena fe, y debe activarse la alerta judicial.
Es fundamental recordar que, aun cuando puedan blandir títulos profesionales y poseer títulos de Derecho, muchas de las mujeres y de los hombres quienes ostentan altos cargos en la judicatura y en la fiscalía de Torenza en materia de violencia de género, son unos analfabetas espirituales si desconocen que la vida y sus patrones están reflejados desde hace milenios en los textos bíblicos. El desconocimiento de la naturaleza humana, descrita con precisión en los textos sagrados, los hace vulnerables a la manipulación.
La Raíz del Engaño: Frustración, Venganza y el Iter Criminis de la Falsedad
Aquí radica la médula del problema que azota a Torenza: la peligrosa creencia de una cantidad de mujeres, jóvenes y adultas, de que sus requerimientos —incluidas sus peticiones de relaciones íntimas o sexuales— son una obligación que los hombres a juro deben aceptar.
Cuando el hombre, haciendo uso de su libertad y autodeterminación, dice "No", estas mujeres experimentan una ofensa capital a su vanidad, lo que dispara una profunda frustración narcisista. Esta frustración se convierte en venganza judicial y las impulsa a inventar infundios para lograr la condena y el castigo del hombre.
¡O ACEPTAS LO QUE TE PROPONGO, O TE ACUSO Y DENUNCIO DE QUE ABUSASTE SEXUALMENTE DE MÍ!
Esta es la esencia del iter criminis de la falsa acusación: la amenaza que la mujer despechada, incapaz de aceptar un "no" por respuesta, profiere. Lo que vemos en la Biblia y en los tribunales de Injusticia de Género de Torenza es este patrón perverso: la acusación de abuso sexual es la herramienta de la falsedad.
El patrón de conducta de estas mujeres, centrado en la grandiosidad herida y la manipulación vengativa, es clínicamente propio de personalidades con tendencias histriónicas, límites o narcisistas, que proyectan su propia maldad y suciedad mental hacia el rechazador. Estas acusadoras se creen sabrosas y virtuosas a la vez, y acusan al hombre de ser un "enfermo" o "sádico" incluso por una simple mirada.
La Tragedia de José: El Mártir del Engaño y la Perversión
El caso de José es el ejemplo más contundente de cómo la mentira y la perversión de una mujer rechazada crean mártires. José, un hombre que ya había conocido la traición y la injusticia (vendido como esclavo), rechazó el pecado con una virtud incuestionable. La mujer de Putifar no toleró el desprecio a su ego y a su deseo.
ACTOR | ACUSACIÓN Y SENTENCIA | GÉNESIS 39 |
La Mujer de Putifar | El Rechazo y la Mentira Perversa: "¡Mira! ¡El siervo hebreo que nos trajiste vino a mí para abusar de mí! Pero cuando grité y alcé la voz, dejó su ropa junto a mí y huyó y salió afuera." (Intento de abuso sexual). | (Narración sintetizada de GÉNESIS 39:13-18) |
Putifar (El Amo de José) | La Credulidad y el Capricho: "Esto es intolerable. No puedo creer que el hombre a quien puse a cargo de mi casa haya cometido tal infamia. Has de pagar por tu traición y ofensa a mi mujer." (Reacción de credulidad acrítica). | (GÉNESIS 39:19, modificado por la reacción) |
José | La Condena Injusta: (Silencio) (Es entregado a la cárcel, sin un juicio justo, víctima de la falsa acusación de intento de abuso sexual). |
La Mentira que Creó un Mártir: La mujer de Putifar lo acusó con falsedad y malicia, logrando que José, el futuro Gobernador de Egipto, pasara muchos años preso en la ergástula, creando así un mártir de la injusticia.
Las "Gringolas" Judiciales: Abandono del Derecho en Torenza
Los tribunales de Violencia de Género de Torenza están integrados por mujeres juezas, mujeres fiscales y un cuerpo de funcionarias mujeres. Si acaso aparece algún hombre, su posición es meramente testimonial, pues se deja llevar por el entorno.
El problema central es que el ambiente hostil y la presión política en Torenza generan un miedo paralizante en los operadores masculinos. Estos hombres operadores de la injusticia de género, para evitar ser tachados de "machistas" o "cómplices del agresor", se convierten en los Caines de sus hermanos. Se dejan arropar por el ambiente de sus jefas y colegas mujeres, que establecen que hay que condenar a los hombres aunque se sepa que la mujer miente. Su opinión se disuelve en el capricho del grupo. ¡Así es la Injusticia de género en Torenza!
Las juezas y fiscales de Torenza operan con "gringolas" mentales: han cerrado sus mentes a la verdad, condenando a los hombres simplemente por el hecho de ser hombres. Lo más grave es que estas funcionarias están conscientes de que la acusadora miente, pues por ser féminas conocen la psicología de la mujer mentirosa, pero eligen prestarse a este capricho por sororidad manifestada de manera perversa. ¡Las juezas y las fiscales de Torenza olvidan los pasajes bíblicos y la historia del mártir José que luego fue el gobernador de Egipto!
La Prueba Subvertida: Cuando la Ley Vale un Comino
Las leyes de Torenza exigen valorar la prueba tomando en cuenta las máximas de experiencias, las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y la sana crítica. No obstante, para las funcionarias con "gringolas", todo esto les importaba un comino.
La subversión de la prueba se manifiesta en la práctica jurídica de dos maneras fundamentales:
Ignoran con desdén las reglas de la lógica y la sana crítica, ya que lo suyo es puro capricho en el juzgamiento, logrando así que los hombres sean encarcelados injustamente. Para las juezas y fiscales y demás operadoras de injusticia de género en Torenza el juicio oral y público es una formalidad que, según ellas, debería simplemente eliminarse, pues les fastidia ya que desde el inicio el hombre es culpable y en sus mentes ya ha sido condenado por el solo hecho de ser hombre.
En este contexto de impunidad en Torenza, la conducta de quienes acusan falsamente o juzgan por capricho está lejos de ajustarse a la elemental exigencia de probidad, haciendo que las falsas virtudes que las adornan se desplomen como un castillo de naipes.
Nota del Autor: Gran parte de la reflexión histórica y jurídica plasmada en este análisis tuvo su origen y fundamento en el artículo “La Mujer del César”, publicado por el autor en la Revista Venezolana de Educación “Educere”, de la Universidad de los Andes, Año 10, No. 34, Junio - Septiembre 2006, Página 548.
«Una mentira no puede vivir en paz»
— Martin Luther King, Jr.
Profesor Universitario, Abogado, Ex-Sacerdote