Mérida, Octubre Miércoles 16, 2024, 12:00 am
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
TOVAR (Enviado Especial).- Mejor
presentados, aun cuando salieran dos toros multados, los toros a correrse la
tarde de ayer de la vacada de San Antonio, no dieron el juego que para muchos
podían ofrecer. Que se esperaba un poco más por las hechuras que mostraban y en
especial la ilusión del ganadero por verle lidiar a cargo de una terna de
espadas que no dejarían pasar opción alguna para triunfar. Pero fue que
colocaron las cosas difíciles, por su escaso recorrido, limitadas fuerzas y
contado fuelle en el tercio final de muleta.
La tarde ya comenzaría a bosquejar lo que fue, con el primero del lote de Antonio Ferrera, animal de serio trapío para lo que se había visto en el ruedo en lo que va de feria. Con él, el veterano extremeño tuvo que pechar, ante las cortas y “agarradas al piso” dirían en México, mansurronas condiciones, desde el mismo saludo de capote, para luego en la muleta acrecentarse tales defectos, escarbando y con la cara entre las pezuñas, los mismos que el mencionado coleta intentó, pero no pudo ni siquiera limar. El espadazo caído nos alivió del aburrido y dilatado trance.
Otra situación la de Antonio con el cuarto, anovillado astado, al que saludaría de capa con alegría y variedad, para luego con la muleta desplegar un trasteo fuera del guion establecido, pues alternaría la variedad de su repertorio clásico con pasajes del más añejo corolario de su tauromaquia, que guarda reminiscencias de El Pana por mencionar alguno. Sobre la derecha, perdiéndole pasos entre pase y pase, así como por la zurda, en pasajes inspirados, Ferrera se inventó una labor en la cual la clave de la misma fue la paciencia y gesticulación permanente con el tendido, para saber vender lo que por ambos pitones lograría arrancar, dado el corto y áspero recorrido del animal. El espadazo, citando desde los 8 o 10 metros, entero y desprendido, valió para la petición y corte de una más que merecida oreja, aun cuando algunos hasta le pedían el segundo apéndice que hubiese sido un exabrupto, que bastante habíamos tenido la tarde anterior.
El debut por estas tierras del francés Juan Leal no ha podido ser más desafortunado, a tenor de lo poco o nulo que colaboraron sus toros para obrar en favor de lucimiento. Su primero del lote, poco o nada le dejaría estar a gusto, trasteo más sobre los pies, ante el corto recorrido y defensiva condición del burel, que le dejaría inédito. Aparte de ello, su fallo con la singular forma de realizar la suerte suprema, necesitando de hasta cuatro viajes y un descabello para mandar a las mulillas su antagonista y con ello también la posibilidad de triunfo.
Peores opciones se tornaron las cortas y ásperas embestidas del jabonero que hizo quinto de la función, otro dije escaso de casta y entrega a las telas de un Leal que basaría en las piernas su labor, más por agradar que por otra cosa, intenciones de lucimiento. Nuevamente el sainete con el acero le hizo vivir apuros, para al cuarto golpe con el descabello, pasar sin pena ni gloria por el ruedo tovareño.
Lo más artístico de la tarde vino en las manos del tachirense Antonio Suarez, quien con la ilusión de presentarse como matador en el ruedo donde se estrenó como novillero con picadores, hilvanó una actuación donde la entrega y paciencia para sacar a relucir las opciones de triunfo ante el toro vinieron en las asentadas series, rematando detrás de la cadera, que tanto por la derecha como por el izquierdo, logró robarle al morlaco. Los presentes conectaron de una, ante una trasteo en la que primó la calidad, colocación y sitio, sobre las embestidas poco claras de un toro que lució mejor de lo que en realidad era en las manos del médico torero. El pinchazo sin soltar, antes de un espadazo desprendido valdría para el corte de una oreja, que a final de cuenta le servirá de salvoconducto para que le veamos, lo más seguro, en otras plazas en el curso de la temporada taurina.
En el que cerró plaza, un bello cárdeno salpicado, la decepción fue mayúscula al comprobar sus limitadas fuerzas, esas que desde el capote se intuían que no le servían ni para sostenerse en pie. Literalmente quiso pero no podía con sus kilos el torito, en el que Suarez obró en favor de mantener en pie, intención que no caló en el tendido, pues la emoción estaba ausente. El espadazo caído y tres descabellos fueron el epilogo a una tarde donde la emoción y entrega de los toros quedó en el debe… dirían por allí, los toros de triunfo quedaron en el campo…
FICHA
DEL FESTEJO
Plaza de Toros Coliseo El
Llano de Tovar. Sábado 9 de septiembre de 2023. Segunda corrida de la edición
180ª de la feria en honor a la Virgen de Regla.
Con poco menos de un tercio
de plaza (aproximadamente 1500 personas) en tarde fresca, soleada y ventosa se
han lidiado seis toros del hierro de SAN ANTONIO (Edgar Varela) dispares de
presencia, anovillados y multado por no dar el peso reglamentario los corridos
en 2º y 4º lugar; en su conjunto descastados,
faltos de fuerzas, sin sacar peligro.
Pesos: 479, 353, 425, 350,
428 y 447 kilos.
ANTONIO FERRERA (carmesí y oro con cabos y remates en negro): Silencio y una oreja.
JUAN LEAL (Verde esmeralda y oro con cabos blancos): Silencio en ambos toros.
ANTONIO SUAREZ (Purísima y oro con cabos y remates en negro): Una oreja y silencio
tras aviso.
Incidencias: Buena intervención de los banderilleros Eduardo Graterol y Gerson Guerrero
en la brega, y en la vara Carlos Álzate. *** Presidió el festejo son novedades
por don Roger Barón. *** Previo al inicio del festejo se coronó la Reina
Taurina de esta edición, la bella señorita Camila Pineda, representante del
sector El Llano, a cargo del reconocido aficionado taurino y bisabuelo de la
mencionada reina, don Ricardo Ramírez Cuevas. *** El festejo tuvo una duración de dos
horas y quince minutos.