Mérida, Abril Viernes 18, 2025, 10:19 am
A todos los que
añoraron un mejor porvenir
A Dante Pino
Pascucci
En memoria de Ítalo
Silva
En aquellos años duros de mediados del siglo XX, hubo muchos hombres peleando por sus sueños. Tenían ideales, y creían en la lucha para liberar al hombre de la opresión. ¿Por qué razón se había obstaculizado la búsqueda de la felicidad y el bien común durante el devenir de la historia humana? La filosofía política de ahora apenas parece llevar esa reflexión más allá de los que los gestores del Estado pueden argumentar sobre la democracia y la ley, el derecho y el Estado de derecho. Juan Jacobo Rousseau en su Discurso sobre las artes y las ciencias, decía algo así como “¿De que vale tener tanta ilustración, ciencia o riqueza, si el pueblo sufre por la salud, y muere de hambre?
Desde la filosofía política se han hecho reformas con
demasiada frecuencia a través de la justificación de formas políticas
existentes, las cuales se han desconectado de la realidad social y crítica. Después
de la rebelión armada en Venezuela, el comandante Américo Silva, al frente del
grupo guerrillero “Antonio José de Sucre” en las montañas de Oriente, trascendió
como figura revolucionaria. Es una leyenda guerrillera que traspasa las
fronteras de la realidad, porque este joven fue obrero, sindicalista, activista
agrario y guerrillero. Su militancia política se inició en el partido Acción Democrática
(AD), y luego de la división en los años 70bpasó a ser fundador del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR), y luego del Partido Bandera Roja (BR).
Falleció a los treinta y nueve años de edad a fines de
marzo de 1972, mientras transitaba por la vía a San Félix, sector el Pao,
Ciudad Bolívar, cuando se tropezó con una alcabala móvil de la Guardia Nacional.
Un guardia murió en la refriega; Silva escapa, y al ser identificado cuando
trataba de saltar una alambrada, le dispararon por la espalda. Esto se supo
según el informe presentado por una comisión del Congreso Nacional que había
sido nombrada por petición del Partido Comunista de Venezuela. En esta misma
denuncia se señaló que el arma que dispararon contra Américo Silva nunca
apareció, y a su cadáver no se le práctico la necropsia de ley.
Después de toda esa refriega dos compañeros más de
Américo Silva fueron detenidos y trasladados al campamento antiguerrillero del
cogollar: el dirigente sindical de Unión Republicana Democrática (URD) Luis
Piñate, y el dirigente del Partido Comunista de Venezuela Pedro Subero.
En Américo Silva hay valores insoslayables. Tuvo fallas,
pero no errores, y su espíritu autocrático hacía que cada día superara sus
deficiencias y elevara sus capacidades.
Américo Silva basó su movimiento transformador a partir
de debates sobre la opresón de los cuadros sociales, la explotación del hombre
por el hombre, las injusticias, la falta
de atención a la salud y a la educación, el ahogamiento presupuestario a la
universidad pública, y la persecución a quienes piensan distinto.
Es deber rescatar de la lucha por una mejor sociedad el
recuerdo del “flaco” Americo Silva, cuando las balas asesinas de la Guardia
Nacional dieron muerte al comandante el 31 de marzo de 1972. Hace cincuenta y
tres años de aquella última batalla que dio Américo Silva.
Señalan algunos
testigos que él intentaba obtener apoyo logístico en esa zona ajena de actividades
subversivas. Algunas agrupaciones como el histórico Partido Comunista de
Venezuela (PCV) se acogía desde el 64 a la política de paz, separándose de la
lucha armada. Sin embargo, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
entraba en una división, y durante este tiempo Silva se destacó como dirigente
campesino. Desde ese año pasó a organizar con otros hombres y mujeres, el
partido Bandera Roja, donde va a formar parte de su primer comité político
nacional.
Américo Silva fue responsable de la retaguardia y la logística
del frente “Ezequiel Zamora”, asentado en los estados Miranda y Guárico; y
luego en el oriente del país, fundó el frente “Antonio José de Sucre”.
En ese entonces, la política del presidente Rafael Caldera hablaba de la “paz”, mientras el pueblo lo definió como “la paz de los sepulcros”.
Américo: la lucha sigue. Ahora parece que han cambiado totalmente la praxis de todo aquello que enarbolaba la dignidad del hombre. Hoy estamos en una situación que llama a la vuelta de de esos ideales por los cuales te truncaron la vida. Quieren borrar la historia, y que nada se parezca a lo que tanto combatiste.